viernes, 5 de junio de 2009

YOKO ONO

YOKO ONO
BIOGRAFIA

Yoko Ono ha sido durante décadas (desde los años sesenta) una de las referencias fundamentales del arte de vanguardia, y un ejemplo biográfico para buena parte de los arriesgados iconoclastas y creadores sin prejuicios que se comprometieron radicalmente con la condición existencial de vivir y sentir en los territorios inexplorados del límite y sus periferias. Yoko Ono, el personaje y su obra (en íntima coherencia), nunca sucumbieron en la trampa de lo convencional ni sufrieron la amenaza de la indiferencia; esta mujer mantiene intacta su excepcional capacidad para crear sensaciones inquietantes desde la sencillez y lo natural, e inaugurar nuevas aventuras de conocimiento y revelación realmente conmovedoras, inesperadas. Yoko Ono y sus propuestas conceptuales de complicidad y participación del público seducen y fascinan con la mayor naturalidad y fluidez, sin artificio ni perversión... Seducir es atraer la mirada del otro... adormecida por la rutina, por la indiferenciada generalidad de lo convencional y lo cotidiano

Desde su llegada a New York, en 1953, para seguir estudios de arte y completar su formación estética occidental, Yoko Ono comenzó a relacionarse y a participar, más activamente con el transcurrir de los años, en los ambientes de la joven vanguardia norteamericana, especialmente en los campos expresivos de la música experimental y el teatro. Yoko Ono, al igual que otros jóvenes artistas, recibirá la influencia directa de John Cage, artista preconceptual y compositor experimental de inequívocos fundamentos orientales (sobre todo en el pensamiento y la estética Zen)... lo que para Yoko suponía una referencia evidentemente próxima y familiar. A partir de 1960, en los inicios de su particular trayectoria artística, Yoko Ono comenzó a organizar y a participar, junto a La Monte Young, en una serie de conciertos y performances de vanguardia, “Chambers Street Series”, presentados al público en su propio loft en New York.

En 1961, Yoko Ono realiza su primer concierto público, en el Village Gate de New York. Este mismo año expone sus obras conceptuales “Instruction Paintings” en la Galería “AG” de New York, cuyo propietario era Georges Maciunas; sin duda esta primera exposición de nuestra artista puede ser considerada como uno de las primeras manifestaciones del arte conceptual (del cual Yoko Ono es pionera y una de sus más originales protagonistas) y precursora de algunos planteamientos estéticos básicos de lo que meses después Maciunas bautizaría como “movimiento Fluxus”. En efecto, G. Maciunas, creador teórico y editor de gran talento e inventiva, definió en 1962 un nuevo concepto y práctica de acción artística experimental, al que denominamos “Fluxus”, y que se difundió rápidamente entre los círculos de vanguardia en Estados Unidos y Europa. Además de Yoko Ono, formaron parte de este movimiento internacional (con mayor o menor intensidad y fidelidad a las propuestas programáticas de Maciunas) artistas de gran significación y relevancia internacional, tales como La Monte Young, Emmet Williams, Georges Brecht, Oldemburg, Ben Vautier, Nam June Paik, W. Vostell, J. Beuys, etc.

Entre 1962 y 1964, Yoko Ono residió en Japón, realizando trabajos conceptuales que deben ser considerados los primeros en Asia. Su exposición “Instruction Paintings” en el Sogetsu Art Center de Tokio (en donde presentaba a los espectadores únicamente unos breves textos poéticos con instrucciones para que ellos pudieran recrear las obras y acciones en su mente), o su participación en el concierto performance “Music Walk” junto a John Cage, David Tudor y Toshiro Mayuzumi, en el mismo centro artístico de Tokio, en 1962, o su performance “Cut Piece” en el Yamaichi concert Hall de Kyoto, en 1964, son acontecimientos excepcionales del arte más innovador y experimental de esta segunda mitad de siglo.

A su retorno a New York, Yoko Ono continuó profundizando en sus planteamientos conceptuales, a la vez que participando en algunos proyectos de “Fluxus”; en este periodo presentó su concierto-performance “Clock Piece” (en el Carnegie Recital Hall, 1965) y su performance “Morning Piece” (1964), dedicada a Maciunas.

En 1966, Yoko Ono fue invitada a participar en las actividades del DIAS (“Destruction in Art Symposium”) en Inglaterra. Yoko presentó en aquella ocasión sus conciertos “Music of the Mind”, en el África Center y en el Jeanette Cochrane Theatre de Londres, y en el Bluecoat Chambers de Liverpool. Simultáneamente expuso sus trabajos conceptuales en la Galería Indica de Londres: objetos e instrucciones para su metamorfosis, con los que invitaba a participar al público e inducía a alcanzar más elevados niveles de percepción y creatividad. En 1967, Yoko expuso por segunda vez en Londres, en la Galería Lisson; su proyecto “Half-a-Wind-Show” estuvo integrado por objetos, acciones e instalaciones, excepcionalmente novedosas en ese tiempo, a la vez que realizaba una acción de inequívoco sentido reivindicador en Trafalgar Square, consistente en cubrir con grandes telas anudadas los monumentales leones de bronce de esta plaza, y que simbolizan el Imperio inglés. Aquellos excitantes tiempos londinenses –experimentales, provocadores, comprometidos con la ideología pacifista, con la acción feminista, peligrosos, vividos al límite y en el límite– culminaron un extraordinario periodo creativo de Yoko Ono, a la vez que inauguraron un nuevo desarrollo de su trabajo, en el que intervendrán de forma significativa su primer encuentro, amistad, y posterior matrimonio (en 1969), con John Lennon.

Desde su matrimonio, Yoko y John trabajaron alternativamente y sucesivamente en proyectos individuales y en proyectos conjuntos, principalmente en el ámbito de la música, pero también en el cine, vídeo, en algunas acciones “Fluxus”, y sobre todo en acciones de inequívoco compromiso ideológico a favor de la paz y del fin de la guerra en Vietnam. Su “luna de miel” en un hotel de Amsterdam, en la cama de su habitación, rodeados de los medios de comunicación y público asistente a la performance reivindicativa, fue una acción artística y política de gran significación en la lucha pacifista. “Bed Piece” fue seguramente la primera acción artística en la que se utilizó perversamente y con total justificación el poder mediático de los dos protagonistas, Yoko y John, para obtener una mayor resonancia de sus propuestas de paz. En el mismo sentido, como activismo político y como arte comprometido con el pacifismo, ha de considerarse la instalación de grandes carteles anunciadores en los lugares más concurridos de New York, Roma, Berlín, etc. de su mensaje navideño en 1969: “War is Over. If you want it”. Esta múltiple instalación pública y su difusión internacional, aprovechando los recursos de la comunicación y la publicidad del marketing comercial, puede considerarse como una de las obras más importantes y transcendentales del arte comprometido ideológicamente de nuestro siglo. Realmente innovadora y de gran eficacia visual, esta acción de comunicación urbana resolvía excelentemente la ecuación “Arte – Vida – Sociedad”, con un poder inmenso de influencia e intervención sobre toda una generación, casi hasta nuestros días...

Entre 1969 y 1980, en que John fue asesinado (8 de diciembre), Yoko trabajó principalmente en el ámbito musical, junto a su esposo o con su grupo “Plastic Ono Band”. Sus anteriores experiencias vanguardistas fueron recreadas en una nueva situación de difusión y audiencia más masivas. De esta época cabe destacar sus trabajos de composición y discos, así como otros proyectos de cine y vídeo. Entre los primeros, habría que citar “Two Virgins”, “Wedding Album”, “Imagine”, “Yoko Ono/Plastic Ono Band” (1970), “Fly” (1971), “Feeling the Space”, “Approximately Infinite Universe” (1973), “Double Fantasy” (1980), etc. Entre su filmografía, hay que señalar sus trabajos más experimentales (también pioneros de una nueva forma de entender el lenguaje cinematográfico y videográfico, desgraciadamente poco difundidos): “Rape” (1969), “Fly” (1970), “Freedom” (1970), “Imagine” (1971), “Erection” (1971), y sus homenajes póstumos a John Lennon, “Walkinng on This Ice” (1981) y “Goodbye Sadness” (1982). También, aunque más esporádicamente, Yoko Ono trabajó en aquella época en el ámbito de los objetos y las acciones conceptuales más personales: “Retrospective” (Everson Museo de Syracusa, 1971) y “Museum of Modern (F)art” (New York, 1971).

Tras la muerte de John, Yoko sufrió una dolorosa y prolongada depresión. Después de 1980 y hasta 1989, sus principales actividades creativas fueron las de realización de vídeos en recuerdo de su esposo asesinado, en los que expresaba emocionalmente su terrible ausencia y soledad, y otros proyectos musicales: “Season of Glass” (1981), “Alright” (1982), “Star peace” (1985), etc. Aproximadamente, en 1986 Yoko Ono reanudó su actividad pública como creadora de artes plásticas y visuales; en primer lugar, realizando una serie de esculturas en bronce interpretando anteriores obras conceptuales suyas de los años sesenta – “Bronze Age”– y luego desarrollando la producción de su exposición retrospectiva en el Whitney Museum of American Art (New York, 1989).

Desde entonces, Yoko Ono ha multiplicado su presencia en el circuito artístico internacional, en decenas de exposiciones individuales y colectivas, en Bienales de Arte Contemporáneo, en retrospectivas organizadas por museos de Europa y América, en exposiciones dedicadas al movimiento “Fluxus”, en instalaciones específicas, etc... Yoko Ono ha ocupado paulatinamente durante estos años el espacio y el tiempo que le correspondía en justicia, el propio de una de las más importantes y significativas artistas de la segunda mitad de siglo, el de una estrella con luz propia…

Desde sus trabajos con Fluxus estaba interesada en la transformación de los conceptos tradicionales de autoría y obra.
En sus primeras exposiciones, Ono presentaba objetos conceptuales que invitaban al espectador a participar de alguna manera (real o imaginaria) en la ejecución o el desarrollo de la obra.
Su “Painting to be stepped on” (pintura para pisar, 1961) consistía en una pieza de tela situada en el suelo. Ono buscaba así romper con un aspecto tradicional del arte, que loa presentaba como algo sublime y heroico, quitando al lienzo de su marco y convirtiéndolo en parte del campo de acción del espectador. Varias de sus instrucciones de uso, como “Painting to Hammer a Nail” juegan con las posibilidades de hacer retroceder el aura de la obra de arte y desnudarla de sus tabúes.
Otras obras contienen instrucciones imaginarias o imposibles que tratan o incluso parodian la relación entre lenguaje, imagen u objeto y acción; una aguja de coser situada verticalmente encima de una base sujeta la leyenda “Forget it” (Olvidalo, 1966), la obra textual “Painting to be watered” (Pintura para ser regada 1963) exige lacónicamente regar cada dia.

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